El Dr. OZ y su dieta según el tipo de sangre

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El Dr. Oz, quien posee sangre de tipo 0 – IV, admite sentir mayor “energía vital” cuando se alimenta correctamente según su tipo. “Sé que es mejor cuando como de estos tipos de alimentos (proteínas, vegetales) y no como muchos carbohidratos”.
La adopción de una dieta según el tipo de sangre conduce a una pérdida de peso duradera, además de beneficios para la salud que incluyen el incremento de la energía y el alivio de problemas gastrointestinales.

Por décadas las mujeres han estado perdiendo peso –y evitando recuperarlo- comiendo correctamente según su tipo de sangre. Mientras tanto, los científicos han estado dudando de su credibilidad. Pero un nuevo descubrimiento puede cambiarlo todo.
Considerando sus preocupaciones sobre el peso de las mujeres, no es sorprendente que Mehmet C. Oz, M.D., esté familiarizado con las dietas según el tipo de sangre. Pero el doctor, normalmente imperturbable, está sorprendido de las constantes preguntas sobre el enfoque popular: “Es sorprendente lo infrecuente que es salir de cualquier tipo de audiencia sin que nadie me pregunte sobre este tema,” le dijo a los radioescuchas. Y siendo su grupo de sangre Tipo O-IV, el Dr. Oz admite sentir mayor “energía vital” cuando se alimenta correctamente según su tipo. “Sé que es mejor cuando como de estos tipos de alimentos (proteínas, vegetales) y no como muchos carbohidratos”, dijo en un capítulo reciente de The Dr. Oz Show (El Show del Dr. Oz). “Otras personas se libran de los carbohidratos – no tienen problemas con ellos.”

Por más de una década, un grupo de expertos en nutrición y dietistas, han hecho la misma observación: la adopción de una dieta según el tipo de sangre conduce a una pérdida de peso duradera, además de beneficios para la salud que incluyen el incremento de la energía y el alivio de problemas gastrointestinales. El investigador ampliamente reconocido como la autoridad en las dietas según el tipo de sangre, Peter D’Adamo, N.D., autor de Eat Right 4 your Type (Come bien según tu Tipo), lo explica así: “si colocas la gasolina correcta para el auto correcto, funcionará muy bien –probablemente por más tiempo. Pero si le colocas una gasolina equivocada, funcionará por un tiempo, y probablemente no notes la diferencia hasta que algo resulte mal”. ¿Dos cosas que seguramente vamos a notar? La grasa abdominal que no se va y el cansancio que no se supera.

La dieta según el tipo de sangre funciona
A pesar de lo lógico del argumento, un aspecto clave se ha mantenido largamente sin explicación: ¿Cuál es el nexo entre la sangre que corre por nuestras venas y el tipo de “motor” que tenemos? Una nueva y convincente evidencia arroja una luz sobre esa conexión. Investigadores finlandeses han probado que los antígenos de los grupos sanguíneos (moléculas en la superficie de los glóbulos que determinan el tipo de sangre) sirven como fuente de energía para microorganismos en el estómago.
Estos descubrimientos ponen en relieve lo que D’Adamo ha estado diciendo por años: “Muchas de las bacterias en tu tracto digestivo se comen los amino azúcares y azúcares básicos que componen el antígeno del tipo de sangre de modo de nutrirse a sí mismos- ellos comen lo ‘correcto según su tipo’. Ahora que estamos comenzando a entender que las personas propensas al exceso de peso suelen tener distintas bacterias en su estómago que las personas que no, tenemos la evidencia del tipo de sangre como un modo de seleccionar tu dieta para optimizar las bacterias beneficiosas y reducir tu peso.”

¿Cómo el tipo de sangre determina la microflora?
“Los diferentes tipos de sangre tienen diferentes cantidades de bacterias en sus cuerpos; de hecho, ciertas bacterias son 50.000 veces más probable de ser encontradas en personas con un tipo de sangre u otra,” añade D’Adamo, quien dice que estas diferencias microbianas persisten de las antiguas adaptaciones a los suplementos alimenticios a medida que los humanos migraron hacia nuevas regiones geográficas. “Por ejemplo, el microbioma de ciertas personas se ha desarrollado para elevar el metabolismo de los carbohidratos dos o tres veces más, de modo de descomponer los carbohidratos más eficientemente,” dice D’Adamo, describiendo los tipos de sangre que descienden a partir de las primeras sociedades agrícolas, los que tenían una dieta cargada de carbohidratos formados en plantas.

Pero en las mujeres que no tienen esta específica eficiencia en su tipo de sangre (tales como las descendientes de cazadores-recolectores cuyos microbiomas están diseñados para digerir las proteínas provenientes de los animales), las dietas a base de carbohidratos pueden resultar perjudiciales. Una digestión incompleta cataliza el crecimiento de una flora hostil, la cual produce toxinas que los investigadores han relacionado como una de las causas principales del aumento de peso. “Tiene sentido que si quieres eliminar el problema de bacterias debes dejar de ingerir alimentos que no puedas digerir, porque éstas sirven de alimento para la bacteria,” asegura D’Adamo.

Utilizando el tipo de sangre como guía para eliminar los alimentos que catalicen la “mala” flora, y seleccionando los alimentos que aporten al “buen” crecimiento es una estrategia que ya ha tenido éxito: “Tenemos indicaciones bien definidas de que si a las personas con SIBO (crecimiento excesivo de bacterias dañinas en el intestino delgado) las ponemos bajo una dieta según el tipo de sangre, esta condición se rectifica, usualmente en seis semanas,” dice D’Adamo. Y en lo que a perder peso se refiere, el éxito es igualmente rápido, si es que no más rápido – ¡Mujeres reportaron perder hasta 12 libras (5,44 kilos) en la primera semana!