Consejos para crear colaciones saludables para niños

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Por: Andrea Chicurel (Directora Técnica, Nutrición Inteligente)

COMENZARON LAS CLASES!!! Y con ello  volvió la preocupación por entregar a nuestros hijos una ALIMENTACIÓN SALUDABLE durante la jornada de colegio. No olvides que la alimentación sana juega un rol fundamental en su buen desarrollo y  que las COLACIONES SALUDABLES son parte fundamental de ésta.

¿Qué es una colación saludable?

La colación saludable es una pequeña porción de alimento que equivale a un 15 o 20% de la alimentación total del día, la que debe ser ingerida a media mañana aproximadamente 3 horas después del desayuno. La cantidad de alimento debe ser suficiente para disminuir el hambre pero no suspenderlo del todo, ya que los niños deben ser capaces de comer todo el almuerzo.
Algunas de las funciones de la colación son: aportar nutrientes para mantener el adecuado crecimiento y favorecer el desempeño escolar y la concentración.

Lamentablemente, muchas veces las colaciones que se les envían a los niños son poco nutritivas o son simplemente golosinas, por lo tanto no cumplen su función.

Para tener una buena colación existen algunas premisas que son fáciles de seguir:

    1. Preferir alimentos de origen natural como fruta, frutos secos, huevo duro, quesos o quesillos, pan integral fresco, queques hechos en casa, yogurt natural, miel.  Los alimentos naturales son más nutritivos en proteínas, vitaminas y minerales que los envasados o procesados.

 

    1. Preferir alimentos integrales en vez de los blancos: pan integral o fruta entera en vez de harinas blancas o jugo envasado, especialmente si tu hijo(a) tiene sobrepeso.

 

    1. Evitar todas las comidas envasadas como papas fritas, galletas, caramelos, chocolates, suflitos, queques, nachos, leches saborizadas, pan de molde. Los aditivos, colorantes y conservantes que poseen estos alimentos, no son utilizados como nutrientes por nuestro organismo, es decir, deben ser eliminados como sustancias tóxicas por el hígado y el riñón. Los niños toleran una cantidad menor de estas sustancias que los adultos, por lo tanto, cuando se consumen en exceso se van acumulando en el tejido graso, además de entorpecer la función hepática.

 

    1. Si tu hijo tiene problemas de concentración y/o de hiperactividad, se debe ser más enfático en restringir los colorantes y el azúcar de los alimentos. En el año 2007, se publicó en The Lancet, importante revista médica (2007; 370:1560-7), un ensayo clínico en un grupo de casi 300 niños de tres y ocho años, sin diagnóstico clínico de hiperactividad. Se les dio una dieta alta en benzoato de sodio (bebidas gaseosas) y colorantes por 6 semanas. Los autores concluyeron que los colorantes artificiales y los  conservantes tuvieron un efecto de hiperactividad en los niños evaluados.

 

    1. Evitar los aceites vegetales y grasas trans presentes en alimentos envasados y procesados. Nuestra alimentación debiera contener mayor proporción de aceites omega 3 en vez de omega 6. Los aceites vegetales utilizados en la industria alimenticia es alto en omega 6, por el contrario, el omega 3 se encuentra en nueces, pescados y algunas semillas. Los aceites omega 6 son pro inflamatorios y por el contrario, el omega 3 es un antiinflamatorio natural. Las grasas trans nocivas, son aquellas que se producen por hidrogenación de aceites vegetales y están presentes en alimentos industriales.

 

    1. Preferir la mantequilla ante la margarina, aunque ésta sea de origen vegetal. La grasa de la mantequilla no produce alteración del colesterol y/o los triglicéridos ni es inflamatoria. Las evidencias científicas recientes así lo demuestran.

 

    1. Leer bien las etiquetas. Que un alimento diga “sin azúcar”, “light”, ”diet”, “integral”, etc. en la etiqueta no es garantía de que sea bueno para la salud. Los alimentos además de tener aditivos y colorantes, muchas veces tienen mucho sodio, ya que este ingrediente se usa para realzar el sabor. El exceso de sodio provoca retención de líquidos y daño renal, lo que puede provocar hipertensión.

 

    1. Leer la lista de ingredientes. Por ley, los ingredientes se ubican de mayor a  menor concentración. Mientras más corta es la lista de ingredientes, más natural es el producto y mientras más ingredientes “raros o ilegibles” tiene, peor calidad del producto.

 

    1. No fijarse en las calorías. Un alimento de pocas calorías, no es necesariamente sinónimo de calidad. Los hidratos de carbono, entre ellos el azúcar, es un ingrediente bajo en calorías, sin embargo le podría estar haciendo subir de peso.

 

    1. Evitar que los niños lleven dinero al colegio. Ellos no tienen los conocimientos ni la responsabilidad para saber qué es mejor para su salud. Además, lo más probable es que aunque quieran adquirir algo de buena calidad no lo encuentren o se sientan atraídos por algo menos saludable.

 

Ahora que ya lo sabes, te invitamos a poner estos simples consejos en práctica y a observar los cambios positivos que lograrás en tus hijos.

Para ayudarte un poco más, a continuación te presentamos algunos ejemplos de colaciones saludables según el grupo sanguíneo de tus hijos, para que logren aún mejores resultados. El grupo sanguíneo determina el que algunos alimentos sean más convenientes que otros, potenciando el efecto de los alimentos.

Y no olvides disfrutar y acompañarlos en cada etapa de sus vidas!!!

Niños de Sangre Tipo O:

1 bolsita de manzana deshidratada, 1 galletón de avena conalmendras o nueces hecho en la casa, sándwich de pan centeno con quesillo o pechuga de pavo o huevo, 1 huevo duro.
Niños de Sangre Tipo A:

1 bolsita de maní, almendras y pasas, 1 sándwich de pan integral con queso gauda, 1 yogurt batido o Svelty, 1 barra de avena o de quinoa.

Niños de Sangre Tipo B y AB:
1 fruta, 1 galletón de avena y miel casero, 1 bolsita de natur de arroz,  1 yogurt Los Alerces o natural o Svelty (sin almidón).